Son muchos los films que
podríamos ponernos a ver en una lluviosa tarde de domingo, pero pocos los que
veríamos en días en los que tenemos “cosas más importantes que hacer”. ‘Master
and Commander: Al otro lado del mundo’ es una de esas pocas películas.
La película está basada en la serie de novelas sobre la armada británica del siglo XIX de Patrick O'Brian. Weir, director de esta
obra de arte, supo como narrarla y filmarla a la perfección, comenzando por ni
siquiera presentar o comentar a los protagonistas, ya que la película comienza
en el Surprise, una fragata de 28 cañones, con lo cual, desde el primer momento
obliga al espectador a fijar sus ojos en la pantalla.
Aunque no lo había comentado en ninguna de las otras críticas,
me declaro fan de Russell Crowe. Desde Gladiator, Crowe siempre ha sido uno de
mis actores favoritos. Por ello, lo único que le faltaba a esta producción con
un gran argumento, es un genial protagonista. Russell Crowe da vida a Jack
Aubrey, capitán de la fragata Surprise y protagonista del film y de las novelas
de O’Brian. La mejor de las críticas a su papel la hizo el propio O’Brian,
cuando dijo que él nunca se había subido a ningún navío de guerra de ninguna
época, pero que Russell Crowe, sin haber sido nunca capitán, parecía ser un
experimentado oficial británico. El otro protagonista de la película y amigo del
“Afortunado Jack” es el médico y naturalista Stephen Maturin, protagonizado por
Paul Bettany.
El comienzo de la película se parece a la de Gladiator o
Salvar al soldado Ryan por la velocidad de sus primeras escenas. La velocidad
que llegan a alcanzar los primeros minutos del film hace que el espectador
sienta que está dentro del propio navío, luchando codo con codo junto a los
británicos. Ciertamente, durante toda la película se mantiene un frenesí
extraño pero a la vez divertido, con el que se puede observar, entre otras
cosas, porqué los marinos británicos eran los mejores del mundo, pudiendo ver
toda la estructura de su jerarquía y el poder de cada uno de los escalones de
esa pirámide.
Jack Aubrey emprende
la persecución del Acheron, navío de guerra francés que supera con
creces la potencia de fuego del Surprise. En un momento de la persecución y
entre la espesa niebla, de forma imprevista el Acheron ataca a la fragata
británica causando terribles daños. Finalmente, Aubrey gracias a su experiencia
consigue zafarse de los enemigos y huir entre la niebla. El ataque produce varias
muertes, daños materiales graves y sobre todo unas increíbles ganas de venganza
en el corazón del capitán británico. Por ello, “Afortunado Jack”, que tenía
como ordenes tan solo perseguir a los franceses, emprende la persecución con ánimo
de mandar el Acheron al fondo del mar.
Como resumen, cabe comentar que Master and Commander: Al
otro lado del mundo es, probablemente la mejor película bélica de índole naval
que haya visto en mi vida. Seguramente este film gustará tanto a los amantes
del cine aventuresco como a los amantes del cine en general.
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